Autor: Grupo Legislativo PRI
A nombre de mis compañeros Diputados del Grupo Legislativo del PRI, es una gran distinción dirigir estas palabras que buscan con sinceridad rendir un merecido reconocimiento y celebrar la vida de nuestra máxima casa de estudios.
Existen acontecimientos que por su gran trascendencia y significado, por lo que representan para el presente y el futuro de todo un pueblo, pero sobre todo, por la nobleza de los fines que persiguen, involucran sin sobresaltos a todos los sectores de una sociedad.
Hoy debemos admirar que estamos precisamente frente a un acontecimiento de tal esencia y trascendencia histórica para la vida no sólo de Nuevo León, sino de México: el 80 aniversario de la fundación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, institución pública de educación superior líder en el país.
Como integrantes del Poder Legislativo del Estado, es para nosotros un gran honor formar parte de la celebración del aniversario 80 de nuestra alma mater, lo cual nos llena de mucha emoción.
Y que mejor que en este escenario tan espléndido, recinto histórico que resguarda en cada rincón de sus estructuras, aquellos primeros momentos de cátedra, de enseñanza, de formación de los primeros alumnos de la Universidad.
Un día como hoy, hace ya 8 décadas, hombres visionarios, hijos de esta gran tierra a la cual entregaron su legado, vieron consumado un esfuerzo de muchos años de lucha, dedicación, entrega y perseverancia, que si bien en su horizonte contemplaban un parte aguas en la vida del Estado para su crecimiento y desarrollo, posiblemente no imaginaron las dimensiones extraordinarias de ese acontecer histórico.
A lo largo de los años, la Universidad de Nuevo León se ha consolidado como parte fundamental del desarrollo de nuestra Entidad, porque más allá de la enseñanza o capacitación profesional, atendiendo a sus principios, se ocupa en la formación integral de los jóvenes que llegan a ella, para forjar profesionistas capaces de desenvolverse en la sociedad, que posean un amplio sentido de la vida, conscientes de las circunstancias actuales y comprometidos con el progreso de su país y el avance de la humanidad.
En gran parte, a consecuencia de lo que la Universidad produce día con día, Nuevo León ha logrado ser un Estado de vanguardia, líder en muchos ramos de nuestro país.
Porque sin el gran aporte académico, científico, tecnológico y, principalmente, social de la Universidad, nuestra entidad seguramente encontraría un escenario distinto en el trayecto de su desarrollo.
En su vida institucional, la UANL se ha mantenido siempre en constante crecimiento, actualizándose ante los nuevos tiempos, al grado que hoy en día ya no sólo se sujeta al campo de la enseñanza del bachillerato y carrera profesional, sino también cuenta con una destacada actuación en el terreno de la investigación. En el ámbito cultural y deportivo, ha dado muestra de su firme vocación por promover la creatividad, competitividad, desarrollo y progreso entre todos sus integrantes.
Debemos destacar, que esta gran institución se caracteriza por su amplia capacidad para generar oportunidades, que promueve condiciones para todos, para todo aquel que quiere superarse, sin importar sus circunstancias económicas o sociales, y que al egresar de ella, los presenta en circunstancias de competencia equitativa ante egresados de las instituciones más importantes a nivel mundial.
En ese contexto es que hoy conmemoramos 80 años de la significativa participación de la Universidad en el desarrollo económico y social de Nuevo León y del noreste del país; de promover y desarrollar el arte, la cultura y el deporte en el Estado; de impulsar la investigación y la innovación y, sobre todo, de ofrecer una educación de alta calidad, humanista y con gran sentido de responsabilidad social.
Conmemoramos, también, la trayectoria de grandes hombres, ilustres universitarios, que con su trabajo, entrega y vocación de servicio han dejado su huella indeleble en generaciones de universitarios que, a su vez, han aportado lo mejor de sí en su quehacer profesional.
Han sido muchos alumnos y maestros de nuestra Máxima Casa de Estudios los que han ayudado de manera decidida a poner en alto el prestigio de nuestro Estado en México y en el mundo, logrando el reconocimiento auténtico que la Universidad de Nuevo León tiene hoy en día, incluso en el ámbito internacional.
Es por ello que los Diputados del Partido Revolucionario Institucional, especialmente los que somos orgullosamente universitarios, rendimos un merecido reconocimiento a la Universidad Autónoma de Nuevo León, y también damos muestra de nuestra gratitud al impulso que nuestra alma mater ha dado a este gran Estado y a su gente.
Reafirmamos nuestro compromiso de mantener nuestra alianza sólida con la UANL para cooperar en todos los aspectos que nos correspondan, con la firme convicción de coadyuvar a la mejora continua de la Educación Pública y de la formación de las próximas generaciones.
Nuestro reconocimiento es a la trascendencia del desempeño de esta sólida institución, a su compromiso de formar mejores ciudadanos, a su responsabilidad social y pública, y especialmente es a los valores que promueve y fortalece día con día en toda la colectividad universitaria.
Porque es así como la Universidad vive en toda su comunidad.
Vive a través de esos valores, del sentido de pertenencia y la identidad que siembra.
Vive en sus alumnos, en sus profesores, en sus directivos.
Vive en la enseñanza y el conocimiento.
Vive en su emblema, en sus símbolos y en sus colores azul y oro.
Vive en el honor que lleva en su nombre y en la grandeza de su ser.
Vive siempre alentando la flama de la verdad.
Enhorabuena por los primeros 80 años de nuestra Universidad.