Grupo Legislativo
Partido Revolucionario Institucional

Autor: Grupo Legislativo PRI

PRESERVAR LA UNIDAD, ESENCIAL EN EL DEBATE DE LA REFORMA AL 24

El Grupo Legislativo del PRI en Nuevo León refrenda el compromiso de defender el Estado laico y la libertad religiosa, como premisas fundamentales para garantizar la unidad nacional y la igualdad entre los mexicanos.

México y Nuevo León enfrentan retos muy importantes que demandan consensos y esfuerzos colectivos, por lo que no caben las divisiones en temas que cada quien, en su fuero interno, tiene que resolver.

Los legisladores priistas entendemos la inquietud de grupos como el Foro Cívico México Laico, pero también debemos dejar en claro que no es momento de reavivar enconos que ya superamos como Nación.

Por lo mismo, estimamos que las condiciones no fueron propicias para abordar este asunto en el recién concluido Periodo Extraordinario de Sesiones, porque de antemano sabíamos que no se alcanzaría la unanimidad.

Aún así, ya hay un dictamen en la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, en el que se rechaza la minuta remitida por el Congreso federal.

Además, es de recordar que el pasado 18 de agosto, por unanimidad de los 42 integrantes de la Legislatura, se aprobó la reforma al artículo 30 de la Constitución local, producto de una iniciativa ciudadana, y en la que reforzamos los conceptos de democracia y laicidad en Nuevo León.

Desde que surgió a nivel nacional este debate, la posición de los Diputados priistas de Nuevo León ha sido la de respetar el espíritu original del artículo 24 para cumplir con nuestra responsabilidad histórica de no propiciar más divisiones.

En el GLPRI no perdemos nuestra memoria histórica y tenemos presente que la defensa del Estado laico y la libertad religiosa le costó al país dos guerras fratricidas, una en la segunda mitad del siglo XIX, de la que surgió la figura de Benito Juárez, y la segunda, a principios del siglo XX, conocida como la Guerra Cristera.

Nuestro país ya sufrió lo que tenía que sufrir por este debate. México ya pasó esa prueba.

Hacemos un llamado a no remover las cenizas de un conflicto ya superado, que costó vidas humanas y que puso en riesgo a nuestro país como nación independiente.

El Estado laico nos garantiza la igualdad de los ciudadanos, promueve la convivencia pacífica y sienta las bases del desarrollo, sin que por ello, cada mexicana o mexicano pueda profesar la religión que más le convenga.