Autor: Grupo Legislativo PRI
Sonia González Quintana*
"Los Pastores a Belén, corren presurosos, llevan de tanto corre, los zapatos rotos... ¡Ay, ay, ay, qué alegres van!..."
Paradójico, un grupo de desposeídos de los que habitan de manera irregular en las denominadas "Marraneras" en Santa Catarina, Nuevo León, dan al traste con esta imagen decembrina, ya que sin ser pastores viven con la dura y sufrida realidad de personas, incluyendo niños, de no poseer ni zapatos para cubrir sus pies en estas gélidas épocas.
Es curioso como el evento del Natalicio de Jesucristo hace parecer que todos nos comportáramos de manera diferente. El hecho de celebrar el natalicio de un hombre que aparte de iniciar la era, dedicó toda su vida terrenal a sembrar bondad, a generar paz, benevolencia, generosidad, hace que todos nos comportemos mejor.
Partiendo del fenómeno comercial que hacen de estas fiestas decembrinas, comercio que parece apabullante y brutal. Como fenómeno psicológico, nunca me dejará de impresionar, los regalos, colores, adornos, luces, sentimientos, etc.
"Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad", palabras de una gran nobleza, pero que, lamentablemente, queda sólo en frase.
Vemos, día con día, asesinatos, ira vial, violencia intrafamiliar, maltrato animal y mentado de madre que se escuchan en un día cualesquiera.
Los violentos síntomas son cada día más agudos, la gente está sufriendo eventos más atroces, como la ejecución de 5 jóvenes en la Colonia Obispado, sólo por mencionar lo más reciente.
¿Cómo es posible cargar con tanta violencia? ¿Qué nos está pasando? ¿Hasta dónde vamos a llegar?
En este año venidero tenemos que seguir luchando, generando estrategias y soluciones, comprender que ya no podemos permitir que siga este cáncer social que nos está carcomiendo. Debemos poner de nuestra parte y actuar desde nuestra trinchera para cambiar esta cruenta realidad que nos está llegando hasta el cuello.
Es triste pensar que mientras estamos al lado del árbol de Navidad, con la cálida caricia del olor de las viandas, brindando por una bonita Navidad, haya una dura realidad de miles de gentes que no tienen ni para un mendrugo de pan.
Un año acaba y el otro entra. Reflexionemos. Como mexicanos tenemos que sacar la casta y luchar para cambiar nuestro entorno social, y trabajar duramente para que esto cambie y encontrar la Paz que tanto extrañamos y anhelamos.
Mi mayor y gran deseo es que todos y cada uno de Ustedes, tengan una Feliz Navidad y un mejor año nuevo.
• Diputada local del Grupo Legislativo del PRI