Autor: Grupo Legislativo PAN
Por: Itzel Castillo Almanza A casi un año de haberse declarado la crisis sanitaria en el estado de Nuevo León provocada por el virus SARS-CoV-2 nuestra vida ha cambiado, sin embargo nos preocupa un grupo en especial, los Adultos Mayores, ya que es casi un año que se encuentran aislados y sin poder salir de sus hogares, afectando así la salud mental y el bienestar general de éste grupo. La vulnerabilidad frente a la COVID-19 ha llevado a la implementación de medidas preventivas más restrictivas de confinamiento para las personas mayores que para los adultos, sin embargo, estas medidas de distanciamiento social pueden inducir a efectos negativos sobre la salud de los mayores en términos de inactividad física, deterioro cognitivo y demencia, fragilidad, soledad o afectación del estado emocional. Entendemos que las personas mayores son un grupo especialmente vulnerable ante la enfermedad producida por el SARS-CoV-2 que presenta un peor pronóstico, por su comorbilidad, los síndromes geriátricos y la fragilidad asociada al envejecimiento. Sin embargo éstos, no solo están presentando el esteres y preocupación que tienen al posible contagio, sino también están lidiando con discriminación ocasionada por la decisión de las autoridades sanitarias de tomar como criterio la edad para poder entrar a cualquier supermercado, tienda de conveniencia, restaurantes, plazas comerciales, etc., sin importar sí estas personas vivan solas y no tengan a alguien le surta la despensa. El confinamiento en casa, tiene muchas consecuencias negativas: como la reducción o inactividad física y su implicación en problemas de sueño, insomnio y somnolencia diurna, aumento del deterioro cognitivo por haber dejado de realizar actividades de estimulación cognitiva, talleres, tertulias, terapias grupales, voluntariado, asociaciones, afectación del estado emocional y anímico, con un aumento de la sintomatología depresiva; falta de contacto con red social y soledad. La soledad aumenta el riesgo de sedentarismo, la enfermedad cardiovascular, la alimentación inadecuada y el riesgo de muerte. Las restricciones a la relación social aumentan el problema preexistente de soledad y aislamiento de las personas mayores y las consecuencias en la salud de la desconexión social que existían ya antes de la pandemia. La pandemia COVID-19 nos inunda de noticias alarmantes que nos llenan de incertidumbre, miedo, amenaza, soledad y todo ello provoca en el ser humano emociones tan comunes y naturales como la ansiedad, el estrés, la frustración y el malestar debido a la incertidumbre de la situación, los riesgos de contagio reales para la salud, y la sobreinformación a la que estamos expuestos. Es por lo anterior que solicitamos a la autoridad de salud, la implementación de planes y programas específicos para los adultos mayores, como lo es un horario especiales para adultos para que puedan empezar a realizar actividades de la vida diaria, dentro de la programación de reapertura y vuelta a la normalidad, ya que la protección de la salud pública no solo es protegerlos del contagio sino que proteger la salud mental.2024© Grupo Legislativo Partido Acción Nacional, Nuevo León.
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