Autor: Grupo Legislativo PAN
DIP. DANIEL CARRILLO MARTINEZ
PRESIDENTE DEL H. CONGRESO DEL
ESTADO DE NUEVO LEON.
PRESENTE.-
Los suscritos Diputados
integrantes del Grupo Legislativo del Partido Acción Nacional de la LXXIV
Legislatura del Congreso del Estado de Nuevo León, con fundamento en lo
previsto en los artículos 123 Y 124 del Reglamento para el Gobierno Interior
del Congreso del Estado de Nuevo León, con el debido respeto ocurrimos ante
esta Tribuna a proponer la aprobación de un punto de acuerdo, al tenor de la
siguiente:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Los ciudadanos de Nuevo León
comienzan a estar decepcionados de este
Gobierno del Estado y en tan sólo 5 meses hemos pasado de la esperanza a la
desilusión.
Atrás quedó aquel candidato que
prometió un mejor futuro para nuestro Estado, atrás quedaron aquellas promesas
de un gobierno honesto y transparente, atrás quedó aquella frase de "La raza
paga, la raza manda".
En el gobierno del Estado de
Jaime Rodríguez Calderón se han caracterizado por decir una cosa y hacer otra
totalmente contraria: en campaña dijo que iba a meter a los corruptos a la
cárcel y hasta el día de hoy no ha interpuesto ni una sola denuncia por actos
de corrupción en contra de los funcionarios del Gobierno de Rodrigo Medina, los
diputados del PAN en estos meses ya hemos interpuesto varias denuncias en
contra de este gobierno estatal.
El famoso Cobijagate destacó a Nuevo León a
nivel nacional por este penoso y lamentable hecho que hasta el momento no ha
sido resuelto y los neoleoneses siguen esperando resultados por parte de la
Subprocuraduría Anticorrupción que se sancione a los responsables y que se
regresen los recursos desviados.
Desafortunadamente, hoy vuelve a
salir a la luz pública otro escándalo en la administración estatal y que
involucra precisamente al Subprocurador Anticorrupción. Este miércoles 29 de
marzo se publicó en diversos medios de comunicación una editorial denominada
"El fiscal de manos sucias", del Periodista Raymundo Riva Palacio en él se
describe como Ernesto Canales está involucrado en un proceso legal que hoy lo
tiene cerca de pisar la cárcel por un fraude de seis millones de dólares según
el propio periodista.
El problema en el que se
encuentra Canales comenzó hace tres años, como secuela del litigio por la
sucesión testamentaria del 16 por ciento de las acciones de Televisa de Emilio
El Tigre Azcárraga, a favor de su viuda, Paula Cusi. Los abogados de la señora
Cusi, su tercera y penúltima esposa, fueron Canales y César Francisco García
Méndez.
Según la investigación
periodística, el 28 de abril de 2011, la señora Cusi cedió "todos y cada uno de
sus derechos" de la sucesión de El Tigre a Emilio Azcárraga Jean. Canales era
el apoderado de la señora Cusi y le informó del finiquito de los 50 mil pesos,
pero nada más. Todo se habría quedado ahí, hasta que de manera fortuita, meses
después de haber recuperado su libertad, la señora Cusi se enteró por voz de
representantes de Televisa que Azcárraga Jean había autorizado que se le diera
la contraprestación de seis millones de dólares. La inesperada revelación llevó
a la señora Cusi a buscar otros representantes legales y contrató al abogado
Jacinto Guillén, quien se convirtió en su apoderado.
Lo primero que hicieron fue
cancelar los poderes plenos que tenía Canales y luego procedieron a demandarlo.
La denuncia se presentó el 26 de marzo de 2012 en la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal, donde afirmó el abogado Guillén que Canales y
García Méndez "se apoderaron y dispusieron en su beneficio" los seis millones
de dólares pagados por Televisa, "obteniendo un lucro indebido y generado un
detrimento patrimonial" a la señora Cusi. Canales y García Méndez han negado
cualquier ilegalidad en su proceder, y el actual fiscal anticorrupción de Nuevo
León trató de frenar por todas las vías legales cualquier acción que, se ha
visto, lo incriminara. Paradójicamente, cuando El Bronco, como gobernador
electo, ya lo tenía en la cabeza como el encargado de combatir la corrupción en
Nuevo León, Canales seguía luchando por esconder los pagos que recibió de
Televisa que nunca reportó a quien era su cliente.
Lo que Canales buscaba, de
acuerdo con la documentación analizada sobre el caso, era evitar que Televisa
mostrara los documentos de las transferencias de los seis millones de dólares
que nunca reportó a la señora Cusi. Desde febrero del año pasado, Canales buscó
impedir la instrucción del Ministerio Público para que Televisa presentara los
recibos de la transferencia de los seis millones de dólares a su favor, que fue
ganando mediante amparos durante prácticamente todo el año pasado. El último,
dictado a su favor el 11 de noviembre pasado, no fue admitido como recurso por
ser una cosa juzgada. La instrucción a Televisa fue que presentara la
documentación solicitada. Los abogados de Azcárraga no ocultaron nada. Desde
que comenzó el juicio contra Canales y García Méndez, ya habían presentado las
transferencias electrónicas, que obran en actuaciones. Con ellas queda al
descubierto lo que el abogado Guillén llama "administración fraudulenta". Lo
que Televisa entregó fueron dos recibos pagados a empresas de Canales de tres
millones de dólares cada uno, en mayo de 2011.
La denuncia contra Canales y
García Méndez que presentó la defensa de la señora Cusi el 26 de marzo de 2012
en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, establece que los
dos abogados "se apoderaron y dispusieron en su beneficio" de los seis millones
de dólares pagados por Televisa, "obteniendo un lucro indebido y generando un
detrimento patrimonial" a la tercera esposa de El Tigre Azcárraga.
Desde la primavera de 2011, el
litigio de la señora Cusi ya no fue con Televisa, sino contra sus abogados,
particularmente contra Canales, quien durante 2015 buscó amparos para que
bloquearan el fallo del Ministerio Público para que la empresa presentara la
documentación del pago de seis millones de dólares.
Toda esta información que hoy
sale a la luz pública nos hace pensar que estamos dejando la Iglesia en manos
de Lutero y trae muchos cuestionamientos, principalmente por el proceder de
Ernesto Canales y su actuar como Subprocurador Anticorrupción en Nuevo León.
Y que quede claro, no pretendemos
distraer de sus funciones al subprocurador, tiene mucho trabajo pendiente, pero mucho trabajo pendiente. Sin embargo, es
imprescindible detalle a los neoleoneses su situación jurídica y el estatus de
diversas denuncias presentadas en la subprocuraduría.
Atentamente,
Diputado Ángel Barroso Correa
Monterrey, Nuevo
León, 30 de marzo de 2016
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