Autor: Grupo Legislativo PAN
Por: Marcelo Martínez
Villarreal.
El
pasado jueves 11 de febrero será recordado como la fecha en que se registró la
peor tragedia del sistema penitenciario en la historia de Nuevo León y de todo
México.
Ese día la opinión pública despertó con la noticia de una
masacre de 49 reos por el control del Penal del Topo Chico, control que debería
estar a cargo de las autoridades.
Esta
lamentable noticia dejo al descubierto que en el centro penitenciario se cobraban
cuotas de piso, los principales delincuentes vivían cómodamente con pantallas
de plasmas, minisplits, sauna y hasta un bar operaba al interior del reclusorio
ante la indiferencia de las autoridades.
También
conocimos que el penal contaba con una sobrepoblación que ronda el 23 por
ciento, por tener una capacidad para 3 mil 200 internos y albergaba a 3 mil 945
reos.
Desafortunadamente
esta tragedia pudo haberse evitado si el Gobernador, Jaime Heliodoro Rodríguez
Calderón, en lugar de seguir en campaña y viajando, hubiese hecho caso a las
diversas advertencias y hubiese tomado cartas en el asunto.
El
Bronco cuando anduvo en campaña advirtió que las autoridades no tenían el
control de los centros penitenciarios en el estado y se comprometió a mejorar
las condiciones de seguridad al interior de los mismos.
El
mismo estuvo al tanto de la sobrepoblación del penal del Topo chico y de la
urgencia por terminar la construcción del penal en Mina.
Este
fin de semana, en una entrevista para un medio local, Jaime Rodríguez aceptó
que la tragedia se pudo haber evitado: "Lo advertí desde campaña, (pero)
no tenía recursos para desactivar la bomba y no los tengo en este
momento".
Lamentablemente
él hubiera no existe y hoy Nuevo León enfrenta el reto de salir delante de esta
tragedia y buscar que no se vuelvan a repetir estos lamentables hechos.
A
cuatro meses de la presente Administración Estatal, se tiene que retomar el
convenio de colaboración con el Gobierno Federal para que el Ejército tome la
seguridad del Penal del Topo Chico, no podemos arriesgarnos a que la situación
al interior del penal se pueda salir de control de nueva cuenta.
A su
vez, se tiene que reactivar la construcción del Penal de Mina, Nuevo León. Esta
obra que quedo pendiente por falta de recursos en la pasada administración,
sobre todo por falta de apoyos del gobierno federal.
Consideramos
que el gobierno estatal y la federación tienen que buscar los esquemas para la
construcción de este centro penitenciario para acabar con el hacinamiento y la
falta de control que privan en los penales de Nuevo León.
Se
habla de que se requieren 4 mil millones de pesos para terminar con el
reclusorio y el estado de Nuevo León no cuenta con los recursos para
realizarla, por lo que se requiere el apoyo del Gobierno Federal con dichos
recursos a la brevedad posible.
Nuevo León requiere del compromiso del Presidente Peña Nieto
y de su gobierno, por ello es que solicitamos su apoyo con estos recursos.
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