Autor: Grupo Legislativo PAN
Hace unos días la prensa nacional nos informó
de un suceso que causó indignación, sobre todo a las mujeres: Al Alcalde de San Blas, Nayarit, se le hizo
fácil, divertido, ¡normal! levantar el
vestido a una joven con la que bailaba, durante la celebración de su
cumpleaños.
El munícipe no se detuvo a pensar que su
acción denigró, vulneró y ofendió no sólo a esa jovencita que merecía todo su
respeto, sino, indirectamente, a todas las mujeres ahí presentes.
La realidad es que llevamos a cuestas una
cultura en la que a la mujer le ha tocado un papel de sujeción al hombre.
Inicialmente, la excusa ha sido, -se supone-
la superioridad física del hombre y por eso domina a la mujer.
Pero al paso de los años se añaden otras
excusas: el destino prioritario de la mujer a las labores del hogar
y a la
atención de la familia. Así, el esposo
continúa siendo el sostén económico y la esposa la responsable de la marcha y
del orden del hogar.
Pero el
esquema se rompe en la medida en que la mujer se ve obligada a ser también
sostén del hogar dada la difícil situación económica actual para solventar las
necesidades elementales de las familias.
Entonces se
remarca la injusticia: teniendo ambos la obligación del trabajo fuera de casa,
la mujer sigue conservando la obligación de atender a los hijos y de las
labores del hogar, y, por si fuera poco, el esposo sigue sintiendo que él es el
jefe y que su esposa es la que obedece.
Esto hace
que la mujer conserve toda su vida una situación de minoría de edad en la que
no le está permitido tomar decisiones.
Ni siquiera las grandes decisiones de su vida. De niña y de joven
depende de la voluntad de sus padres; cuando se casa, depende de la voluntad
del esposo.
Sin
embargo, poco a poco ha ido la mujer conquistando espacios en los cuales
participa y ejerce su libertad.
Es un logro
que pueda beneficiarse de la instrucción pública a nivel técnico y
profesional, lo que le ha permitido ir
ocupando cargos cada vez más importantes con efectividad.
Pero
todavía hay espacios en los que ella es segunda parte y a los que tan sólo se
le permite acceder por la conveniencia de dar la apariencia de liberalidad.
¿Qué tanto por ciento de mujeres ocupan cargos
públicos significativos o desempeñan labores importantes en el mundo de los
negocios?
Es necesario acabar con la idea de que
la dignidad de la mujer, como la de los niños, se debe a su debilidad.
Respetar a la mujer no es, ni debe ser, un
acto altruista del hombre que quiere mostrarse caballeroso, atento y amable.
La dignidad de la mujer es por ella misma.
La mujer
es "compañera de igual dignidad" , la
orientación prematrimonial habla de los esposos, de ambos, como cabeza del
hogar.
El hombre y
la mujer son iguales en dignidad y diferentes en funciones Por eso los esposos deben ayudarse mutuamente
en la formación de la familia.
Son
loables las leyes civiles que protegen la maternidad de la mujer que trabaja. Son loables los matrimonios que toman en
cuenta el acompañamiento responsable de los niños cuando la mujer tiene que
trabajar. Y, desde luego, son loables los hombres que comparten con la esposa,
equitativamente, la atención a los hijos y al hogar mismo.
El
hogar es fundamental para enseñar el respeto a la mujer:
Si se le da a
las hijas las mismas oportunidades de crecimiento que a los hijos.
Si no se
hace de la hermana una servidora de sus hermanos.
Si los hijos varones
participan equitativamente en las labores del hogar.
Si no se reprime a las
hijas por el hecho de ser mujeres.
Si se enseña a los hijos el respeto y la
fidelidad a la novia.
Si la esposa toma decisiones junto con el esposo.
En fin, La mujer sabe que en la familia los hijos
aprenden a amar en la medida en que son
amados gratuitamente; aprenden el respeto a otras personas en la medida en que
son respetados... Cuando faltan estas
experiencias fundamentales, la sociedad sufre violencia y se vuelve, a su vez,
generadora de múltiples violencias.
Esto implica la importancia (urgencia) de que
la mujer este presente en el mundo laboral y de la organización social, y que
tengan acceso a puestos de responsabilidad que les ofrezcan la posibilidad de
inspirar políticas de las naciones y de promover soluciones innovadoras para
los problemas sociales que tanto nos
afectan.
Es por eso que no se puede olvidar que la combinación
de las dos actividades -la familia y el trabajo- asume, en el caso de la mujer,
características diferentes a las del hombre.
Se plantea por tanto el problema de armonizar
la legislación y la organización del trabajo con las exigencias de la misión de
la mujer dentro de la familia.
El problema no es sólo jurídico, económico u
organizativo, sino ante todo de mentalidad, cultura y respeto.
Pero sobre todo es necesario que la relación
laboral entre hombre y mujer sea vivida en armonía y apoyo mutuo para lograr el
equilibrio deseado.
En conclusion Una sociedad en donde existe el respeto hacia
la mujer, es una sociedad rica, no sólo en desarrollo y progreso, sino sobre todo en sabiduría humana.
En nuestro País, nos urge promover más el
respeto hacia la mujer. Sin embargo para
lograrlo este debe contagiarse desde los hogares.
Los niños desde pequeños deben ver a sus
padres irradiar el amor en pareja. De
esa forma aprenderan a valorar y a respetarse mutuamete, a través de este
valioso ejemplo y testimonio.
Asi pues,
la única forma de erradicar la violencia intrafamilia es precisamente
fomentando una cultura del respeto hacia la dignidad humana, y en especial
hacia la dignidad femenina.
Volviendo al Alcalde de San Blas, así como este hombre vulneró y denigró a una
mujer en la celebración de su cumpleaños, hubo otro hombre, el Secretario de Estado de
Nayarit, que al condenar estos hechos,
le recordó al munícipe que la mujer es sinónimo de honor, lealtad, afecto y
amor; y que quién las violenta nos
violenta a todos, nos lastima a todos.
Por eso hoy, en el marco del Dia
Internacional de la Mujer, es
importante no olvidar que antes que mujer (antes que hombre), cada uno de
nosotros es miembro de la especie humana.
Desde esa condición básica,
común, podemos caminar, durante los pocos o muchos años de vida, con la certeza
de valer mucho. Aunque a veces otros no
lo reconozcan o no quieran aceptarlo.
Respetar a la
mujer no es, ni debe ser, un acto altruista del hombre que quiere mostrarse
caballeroso, amable y atento. La
dignidad de la mujer es por ella misma.
Como decía el poeta aquel:
"Mujer el mundo esta amueblado por tus ojos,
se hace más alto el cielo en tu presencia, la tierra se prolonga de rosa en
rosa, y el aire se despliega entre soles y mares...
Mujer, respetarte a ti es enaltecer el valor
más grande que nos regaló la vida."
DIPUTADA CAROLINA GARZA GUERRA
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