Autor: Grupo Legislativo PAN
Por: Carolina Garza Guerra.
La sensibilidad humana es un factor decisivo en el modo de relacionarnos con los demás. Cuando uno la ignora no sólo empobrece su espíritu, sino se aparta de la realidad que le rodea.
Hoy por hoy, numerosos males que saltan a la vista están relacionados con ese desinterés y apatía hacia lo que no nos aporta un beneficio directo o no forma parte de nuestro paisaje diario.
Un ejemplo a la mano se da a unos cuántos kilómetros de Monterrey, en el municipio de Cadereyta, lugar al que seguramente algunos visualizan como el camino a McAllen, o en el mejor de los casos por ser productor de las mejores escobas. Sin embargo, hoy también este municipio que podría formar parte del área metropolitana, se ha convertido en el hogar de decenas de migrantes indígenas que viven en serias condiciones de explotación física y laboral.
El propio Alcalde de Cadereyta, José Arizpe, reconoció hace algunos días que la situación de los migrantes en Nuevo León es muy compleja pues entre otras cosas es gente "que no se queja", "que no vienen y te piden", "hay algunos que no hablan ni español".
Un reportaje periodístico también evidenció que la situación de estos indígenas oriundos de Hidalgo, Veracruz y San Luis Potosí es seria, pues ellos generalmente trabajan largas jornadas bajo el sol con miserables salarios.
Tan sólo 95 pesos diarios recibe la mayor parte de estos trabajadores del campo, y además se los entregan ¡después de tres meses! hasta que concluya su contrato.
Son cerca de 80 indígenas los que viven en Cadereyta con sus niños en condiciones inhumanas. Sin vivienda digna, ni alimento suficiente para ellos ni sus niños. Al parecer estas gentes llegaron a Nuevo León no para progresar, sino para conocer otra clase de penuria y sufrimiento.
Lamentablemente en otros municipios del estado, como Galeana, Doctor Coss, General Terán, Linares y Montemorelos también hay familias de indígenas en las mismas penosas circunstancias.
Por eso es preciso que ellos y otros migrantes más que han llegado a nuestro estado se enteren que desde junio del 2012 se promulgó la Ley de los Derechos Indígenas en el Estado de Nuevo León.